"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
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17/03/2011

Barruntos de primavera

Está resultando extraño este mes de marzo, al menos para mí, porque contra todo pronóstico en el Norte ha hecho buen tiempo y sin embargo en este Sur nuestro hemos tenido un clima desapacible, lluvioso y ventoso.  El invierno en general  ha sido húmedo, largo y frio por Andalucía, de modo que ya teniamos  más de uno ganas de que asomase la primavera. 

A finales de Enero saludamos con alegria la bella y temprana floración de los almendros con su inefable e indescriptible aroma, que  casi nos despistó un poco, pero no, aun no era  la primavera porque todavia quedaba frio y nieve por digerir. Y así ha sido.

Sin embargo esta mañana, inopinadamente,  al salir a la calle, sí la he presentido, la he barruntado: he percibido ese sol cálido y ese  aire dulce,  templado e inconfundible, y mi ánimo ha dado un brinco de gozo:  ¡por fin...! Ahora si es cierto que se asoma la primavera.

Bienvenida sea.

Saludos.

16/03/2011

Serenidad y sentido común ante situaciones de crisis

A raíz de la lamentable tragedia del terremoto y posterior tsunami que ha asolado buena parte del territorio japonés, se ha suscitado ahora en el viejo continente el trasnochado debate, para mi vacío, sobre nuclear si o nuclear no. Un pánico irracional, en mi opinión, se ha apoderado del viejo continente, y me explico.

Poca personalidad, me duele decirlo, ha tenido siempre la Comunidad Europea como institución  en la historia reciente y en las relaciones internacionales. Estados Unidos, Rusia, y otros países tienen una trayectoria clara, saben de donde vienen y lo que quieren, pero Europa parece que no deja de dar bandazos, actuando a remolque de las circunstancias y creo que debería de actuar con más sentido común, cosa que no está demostrando. Por varios motivos:

Por un lado, parece que se olvida de que el peligro en la Central Nuclear de Fukushima y el riesgo de tragedia (que por ahora aunque sea elevado solo es solo un riesgo, no tragedia consumada)  no ha sucedido por fallo en la Central Nuclear, ni por un defecto “intrínseco”, o “per se” en el reactor o en la propia instalación, sino que se ha producido a consecuencia de un factor completamente ajeno y externo al reactor nuclear y a la energia nuclear: nada mas y nada menos que un terremoto fortísimo, de 8,9 (sobre un máximo de 10) en la escala Ritcher, y posteriormente un tsunami mortífero. Recordémoslo claramente, que nunca está de más; si con ese terremoto y posterior tsunami aun no ha habido una catástrofe nuclear, mi conclusión es que lo japoneses son un ejemplo de seguridad: olé por ellos. Demasiado poco ha pasado, para lo que ha pasado, y lo que podia haber pasado (toquemos madera).  Ya dije en mi entrada anterior que conocen los terremotos y los tsunamis. (¿Que hubiera pasado en Europa con otro terremoto de 8,9 como allí?. No quiero ni pensarlo).

Por otro lado, me llama mucho la atención que sea ahora, -curiosísimo-, precisamente ahora, cuando se van a hacer pruebas de estrés a las centrales nucleares Europeas. Ahora si. ¿Antes no? Forzosísimo es concluir: o se equivocaban antes (por dormirse en los laureles) o se equivocan ahora (por manifiesta precipitación). Cabe preguntarse que hubiera sucedido aquí si nada hubiera pasado en Japón: seguramente nada, y ello demuestra palpablemente que el viejo continente actua a golpe de circunstancias como he dicho antes, y sin tener un criterio propio, uniforme, y sostenido en el tiempo. Es una pena.

Por ello, lejos de alarmismos pueriles y estupidos, creo que habría que actuar con prudencia y sentido común, que ya sabemos que es a veces el menos común de los sentidos. Lo mismo que no es inteligente ni práctico legislar a sangre caliente (recuérdese lo que sucedió en España poco después del caso de la niña “Mariluz” y otros), tampoco es bueno dejarse llevar por un pánico irracional en estas circunstancias, ni actuar siempre a remolque de los sucesos, sin tener un criterio propio.

Porque lo cierto y verdad es que Europa en general, y España, en particular, tiene un tremendo déficit energético y, mal que nos pese, la energia nuclear parece ser  -dejo este tema a los técnicos- la mas limpia y la mas barata.

He dicho la más limpia y barata, pero ojo, no he dicho la mas segura. Y a eso voy. Para ello habría, efectivamente, que mejorar la seguridad de las Centrales nucleares, pero sin olvidar el terreno que pisamos: Europa no es una zona sísmica, afortunadamente. Preocupación, si; vigilancia sobre la seguridad de las centrales nucleares, si; extremar las precauciones precisas habidas y por haber para evitar accidentes nucleares: mil veces sí. Pero, por favor, nada de pánicos ni de cacareos de última hora. Tengamos más aplomo, algo que, repito, echo mucho de menos en los órganos de gobierno de la Comunidad Europea. ¿Ah, no? Leed la prensa, ved los telediarios; comprobad los bandazos del presidente francés (con este tema y con el de Gadafi -¿quien lo asesorará?- Merkel (primero dice que si y ahora que no -la proximidad de las elecciones hace estragos con las mentes de los gobernantes- o para que hablar de la cagada de aquel "genio" que usando el término  "apocalipsis" ha causado un panico que nos puede costar muy caro), y asi sucesivamente.

El desastre de Japón ha acontecido en el momento en el que Europa estaba abriéndose de nuevo a la energía nuclear, como medio para superar la crisis energética; y recordemos que las energías renovables, y las fuentes alternativas, dígase lo que se quiera, son enormemente caras.

¿Nuclear si? Garantizame la seguridad.

¿Nuclear no? Hazme entonces una propuesta alternativa, pero ojo, que sea constructiva, enseñame otra energia alternativa pero no me plantees una opción diez veces más cara que me obligue a ordeñar a mis ciudadanos,  friéndolos  a impuestos.

Cabeza fria y serenidad. Consideremos los pros y los contras. Y tengamos en cuenta todos los factores: primero, lo que nos cuesta; segundo, la seguridad de lo que compramos; y tercero, lo que nos cuesta la alternativa. En resumen: inteligencia y sentido práctico, como nuestras mujeres. Veréis: el viernes pasado acudí a un mercadillo de mi pueblo, mi mujer necesitaba algo concreto que no localizaba en tiendas, y la acompañé. Me entretuve un ratito viendo como compraban las mujeres: ellas si que saben, se toman su tiempo, miran, calibran, y casi siempre aciertan comprando lo mejor al mejor precio.

Deberian de aprender de ellas nuestros gobernantes.

Saludos.

14/03/2011

Pensando en Japón

Llevo varios dias bastante triste con lo que ha pasado en Japón, pais hacia cuya historia y cultura siento una gran simpatía, y a cuyos habitantes envio desde estas lineas un enorme y cariñoso abrazo virtual con todo  mi ánimo y mis mejores deseos. Y es que cada vez que ocurre una tragedia o catástrofe natural, como ese fortísimo terremoto que hace poquitos días ha sacudido a ese gran pais, nos damos cuenta de que en muchas ocasiones los dioses parecen no tenernos demasiado cariño. Un terremoto así, según las estadísticas, no sucedía desde hace siglo y medio. No sé,  pero me parece que la llamada “madre naturaleza” (bien o mal llamada así, aunque  yo me inclino mas por lo segundo), ha alcanzado una edad tan avanzada que ya se le olvidan la mitad de las cosas y parece  impropio que una madre -al menos una buena madre-  actúe así con sus hijos.

Si, porque estos desastres naturales ocurren cada cierto tiempo. No había televisión ni radio cuando la lava del Vesubio se tragó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, y no obviamente no podemos comparar, pero desastres como el de Japón hacen que muchos de nosotros recordemos la fuerza terrible de la naturaleza, y nuestra indefensa condición de seres minúsculos a su merced, casi de intrusos en este pequeño planeta azul en el que habitamos; algo así como una especie de gusanos ó animalitos que, como cañas que agita el viento, y sin poder evitarlo, se hallan a merced de los acontecimientos y de las fuerzas naturales que son inmisericordes y que no respetan a nada ni a nadie, y que cuando suceden nos pillan completamente desprevenidos mientras que estábamos ocupados en nuestros pequeños asuntos.

Por si fuera poco nuestro tonto orgullo nos ciega una y otra vez. Y no escarmentamos. Quizás uno de los más estrepitosos “patinazos humanos” (permitidme esta expresión) sucedió cuando se hundió el Titanic. Cuando el barco, perla y orgullo de la marina británica, se disponía a hacer su primer (y único) viaje inaugural, rumbo a Estados Unidos, todo el mundo decía que era “el barco que no se podia hundir”; los papanatas publicaban grandilocuentes y fatuos titulares en los periódicos ingleses diciendo que era “imposible” que se hundiera dicho barco. Que listos... Pues "la primera en la frente", como suele decirse: al barquito le bastó chocar con un bloque de hielo en el mar para venirse al fondo y hundirse para siempre.

Los japoneses no: mucho más inteligentes y humildes, conocen los terremotos y los tsunamis,  y  sus edificios estan preparados. Gracias a ello el drama ha supuesto muchas menos vidas de las que habrian costado en otro sitio. Pero ahora otra sombra siniestra se cierne sobre ellos y están muy atemorizados porque hay algunas centrales nucleares dañadas y la tragedia amenaza con alcanzar proporciones dantescas. Ojalá que no; quieran los dioses ser misericordiosos con ellos y que la solidaridad internacional no sea solo una palabra.

Por ello, hoy, mi solidaridad y mi cariño se va para ese gran país que lo está pasando mal: Japón, el país del sol naciente.  Les deseo, de todo corazón, que tengan fuerza y ánimo para superarlo, y que se recuperen lo antes posible de esta tragedia.

Saludos.