"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado" (André Gide)
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo" (Voltaire)

"La religión es algo verdadero para los pobres, falso para los sabios y útil para los dirigentes" (Lucio Anneo Séneca)
"Cualquier hombre puede caer en un error, pero solo los necios perseveran en él" (Marco Tulio Cicerón)
"Quien no haya sufrido como yo, que no me de consejos" (Sófocles)
"No juzguéis y no sereis juzgados" (Jesús de Nazaret)
. . .

26/03/2010

Recuerda

Nada nuevo hay bajo el sol, amigo Cornelivs. Las dudas que tienes, los problemas que te agobian, las incertidumbres que, a veces, te carcomen por dentro, son viejos conocidos del ser humano. Quizás tu experiencia en el mundo sea unica, quizás tambien tus circunstancias sean unicas; pero al fin y al cabo eres un hombre, como tantos otros, y el espiritu del hombre siempre ha sido el mismo a lo largo de la historia.

¿Que no me cres? Lee estas frases de los sabios antiguos.

Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad (Montesquieu, en la imagen)

El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, si no el que pudiendo ser injusto no quiere serlo. Menandro de Atenas. (Dramaturgo griego).

El hombre más desgraciado es el que con más ardor desea la felicidad. Bión de Abdera. (Matemático griego)

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días. (Benjamin Franklin)

¿No te resulta familiar? Nada nuevo hay bajo el sol, recuérdalo. Si, ya lo se; ya se que no te consuela, demasiado bien te conozco y siempre piensas que "mal de muchos consuelo de tontos". No te consuela el hecho de que éstos sean viejos problemas conocidos del ser humano. A ti te duele tu propio dolor, claro que si.

Pero no te queda otra...

Saludos.

25/03/2010

Sabios consejos de un presunto loco

Para el grupo de lectura del Quijote en La Acequia.

Recuerdo perfectamente mi emoción y mi sorpresa cuando, allá por el año 1.977, leí por primera vez este capitulo 42 del Quijote. A esas alturas yo ya sentía gran devoción hacia D. Quijote, pero cuando leí este capitulo, y el siguiente, mi devoción llegó hasta el extremo de la adoración. Definitivamente D. Quijote era mi ídolo.

Asi era. Bueno, corrijo: asi es. Alonso Quijano ofrece a Sancho una serie de consejos, tan sensatos, tan ponderados, tan inteligentes, y tan llenos de sabiduría, de sentido común y de lógica que cualquiera podría preguntarse cómo era posible que un loco como D.Quijote hablara y pensara así. Cervantes mismo se lo preguntó -y perdóname, querido Pedro Ojeda, por adelantar la primera frase del siguiente capitulo-:

“Quien oyera el pasado razonamiento de don Quijote que no le tuviera por persona muy cuerda y mejor intencionada? Pero, como muchas veces en el progreso desta grande historia queda dicho, solamente disparaba en tocándole en la caballería, y en los demás discursos mostraba tener claro y desenfadado entendimiento, de manera que a cada paso desacreditaban sus obras su juicio, y su juicio sus obras…”

Ahora, mucho tiempo después, y con 45 años muy bien cumplidos, prosigue mi adoración y devoción hacia D. Quijote; pero fundamentalmente hacia su autor, hacia D. Miguel de Cervantes, que se atreve a poner en boca de un “presunto” loco unos consejos que revelan claramente el cómo gobernar con sabiduría, honradez, y ética. Cervantes se delata a si mismo: posee una educación y una formación clásica, humanista, integra, honrada, leal y legal, uno de los mejores intelectos que al mundo dio la España imperial del XVII; no está de acuerdo con la filosofía que impregna el actuar cotidiano de los gobernantes (no se si llamarlos “gerifaltes”) de su época, de modo que se atreve a poner en boca de un pobre hidalgo loco por los libros de caballerias unos sabios y reales consejos.

Poco puedo añadir yo, humilde lector de esta inmortal obra, a este capitulo. ¿Me ciega la pasión por Cervantes y su obra? Es muy posible que si. ¿Mi viejo cariño hacia D. Quijote? Seguro. Pero sé que cuento con una atenuante muy cualificada: esta novela es una de las mejores novelas de toda la historia de la literatura, estudiada, comentada, analizada y discutida hasta el paroxismo por los grandes de la literatura.

De modo que Cornelivs callará aquí, y dejará que el inmortal maestro, Cervantes, nos haga disfrutar. “Podráse” decir del mismo mil cosas, y efectuarse de este capitulo diez mil análisis: pero el mejor análisis de este capítulo es el capitulo mismo.

Y no faltando voces mas autorizadas que la tuya, como la de nuestro propio maestro, “maese Pedro”, al decir de nuestro querido Antonio Aguilera…cállate Cornelivs. Lee el capitulo... y…¡disfruta!

Saludos

24/03/2010

Al salir de la cárcel

"Al salir de la cárcel" es el titulo con el cual suele ser conocida la poesia que hoy traigo aquí. Parece que el titulo proviene del hecho de que su autor, Fray Luis de León (1.527/1.591), la dejó escrita en la pared de la celda en la que fue encerrado por la inquisición.

Ya la conocia desde los tiempos de mi mocedad; pero hace pocas semanas la "redescubrí", y me llegó especialmente dentro su mensaje.

Hoy la comparto con todos vosotros. Dice así:

Aqui la envidia y la mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa,
en el campo deleitoso
con solo Dios se compasa
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.

Saludos.



22/03/2010

Retazos de una breve conversación.

-Todos estamos solos.

-Que no hombre, que no. Tu no estas solo: tienes familia, amigos, conocidos, no te puedes quejar.

-No me has oido, amigo. He dicho que todos estamos solos.

-No entiendo.


-Pues es fácil. Ademas, con el tiempo ya no quiero que nadie me de la razón; solo que me comprendan. Aunque no estén de acuerdo. Comprender no es lo mismo que compartir, pero me gusta mas. Y recuerda: muchas veces con intentarlo, es suficiente.

-Y que tiene que ver eso con la soledad?

-Tu mismo: si no me quieres escuchar, no lo hagas.

Saludos.